Poemas, Absurdos y Etcéteras

Nunca ha sido posible para mi vivir mi vida a lo Carpe Diem. Mi escéptico cerebro y mi corazón, nunca lo permiten. Cada vez que existe algo de felicidad o satisfacción interna, ésta muere de a poco, consumidas por el fuego de la realidad... para no volver. Simplemente no estoy hecho para tener fe. No estoy hecho para ser optimista, ni para creer que algún día mi mundo interior permanecerá establemente tranquilo.

Sentado en la oscuridad, pensando, necesito escapar, necesito escapar. La casa parece hablarme, me habla, "cree" me dice "cree", es lo único que puedo escuchar a demás de mi agitada sangre que a borbotones se expresa con tal sutil rabia. Rabia contra la poca credibilidad que me ofrece la vida. ¿Cómo he de creer?. Silencio, no hay ruido, no hay molestias, la muerte se apodera de la escena, la tranquilidad se burla de las últimas sonrisas que escapan gritando. No es la hora, escucho, no es la hora... no es la hora de volver. Sueña, sueña mientras pienses que todo es real, imagina que todo lo perfecto nunca visto existe, duerme, siente, dibuja en el cielo todo lo que veas.
Despídete...

Entonces despierto. La amargura se ha ido, sólo queda la sensación de haber vivido lejos de aquí un tiempo, compartiendo una vida de ensueño con alguien de ensueño. La dulce sensación onírica que se desprende de tus ojos aún quema mi piel. Y ZAZ PAF! la realidad da su golpe final. Así es como vuelvo al ciclo y emprendo el viaje, por una vida, que sin ser nefasta, ha dado duros quiebres en mi interior. La vida no es perfecta, lo sé, mas desearía que fuera un sueño.

...

¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

(Pedro Calderón de la Barca)