Poemas, Absurdos y Etcéteras

Difícil pensar, que puedes ser menos real de lo que ya eres. Mi sangre, al saber de tu nueva vaga existencia se detiene, ya no tiene sentido que alimente de ganas a mi alma. Siento que las palabras se amontonan en mis manos, incapaces de crear algo con sentido, se desparraman como las lágrimas en el papel. ¿Por qué querría seguir? Tu impalpable esencia era la que le daba algún sentido al eterno viaje de mis ilusiones.
Son pocos, pero intensos los sentimientos ahora experimentados: Gran confusión por imaginar que sólo fuiste una ilusión. Tristeza, que, por primera vez me hace daño. Arrepentimiento por seguir un camino incierto, que se conformaba de sueños, imaginación y utopías inalcanzables. Ahora, la luz de esa senda se apagó, el viaje terminó y los deseos que adornaban los paisajes han muerto, en la más grande desdicha. De nuevo me encuentro solo, errando por lugares aún desconocidos para mí. Pero ésta vez la soledad se torna mayor, mayor que las mismas ganas de que regreses.

¿Cómo puede ser que me vuelva adicto a ti?

Empieza el retroceso. Veo tu rostro en cámara lenta y en reversa, alejándose de mí. Veo tus labios, que inhábiles de pronunciar algo coherente, me sumergen en una extraña pasión agónica. Siento tus ojos, parpadeando sin sentido. Ojos que opacarían el mismo cielo con su belleza. Quedará también el recuerdo congelado de horas enteras sentado frente a la ventana esperando tu llegada.
Que raro. Que extraño saber que ni los recuerdos que tengo son reales. Que curioso saber, que el sabor de los labios que aún siento en mi boca nunca existió. Es insólito llegar a pensar, que tu aroma, a pesar de tu inmortal falta, está impregnado en lo más profundo de mis pensamientos.

¿Parte de la imaginación? ¿Parte de un sueño? ¿Parte de una ilusión? ¿O es que vivo realidades ya olvidadas por el hombre por culpa de su lógica?